¿Qué lograré al consolidar mi área Familiar y de Pareja?

El principal beneficio de comprender lo que implica la familia y la pareja en la vida de cada persona es consolidar y desempeñar un « Rol Sano y funcional» como parte de una relación afectiva, lo que te proporciona bienestar físico, emocional y espiritual derivado de la paz interior que obtienes del vínculo armónico con tu pareja y/ o tu familia.

¿Qué es la familia?

A la familia se le considera el grupo social primario por excelencia, debido a que la persona, desde su nacimiento, nos encontramos inmersas en él y es ahí donde vivimos y desarrollamos las experiencias y habilidades que servirán como base para la vida en todos los ámbitos de nuestra existencia.

No obstante, las familias pueden o no cumplir sus funciones, de hacerlo facilitarán el desarrollo sano de sus integrantes, pero de no ser así pueden interferir con él, desviarlo o dañar directamente a sus miembros.

Las familias funcionales tienen un estilo de vida tranquilo y relajado; tienden a comunicarse clara y directamente y no tienen estilos de poder autoritario ni represivo. Los problemas familiares tienden a resolverse lo antes posible. Sus relaciones se caracterizan por el acuerdo, las expectativas son realistas y hay un genuino interés por los demás. Además, estas familias usan parte del tiempo del día para relajarse y compartir intereses (Hansen 1981; citado en Ponzetti y Long, 1989).

¿Qué implica un « Rol Sano y funcional»?

Un rol sano y funcional implica por una parte, desempeñar las funciones que nos corresponden al ser miembros de un grupo que comparte espacio, tiempo y recursos. Y por otro lado evitar asumir roles que no nos corresponde en pro de nuestro bienestar y el del resto de miembros del grupo?

¿Qué aspectos puedo considerar para desempeñar un « »Rol Sano y Funcional »?

Es importante comprender la diferencia entre Familia Origen y Familia Nuclear. La familia de origen es el sistema familiar donde nacemos, es decir, al conjunto de padres y hermanos, si no es hijo único. Y por familia nuclear, a la familia que nosotros decidimos montar, es decir, nuestra pareja e hijos, si se tienen.

En este contexto surge se pude identificar un aspecto a considerar para el desempeño de un « Rol Sano », tu eres parte de tu familia origen, no obstante en el estricto sentido de responsabilidad, esa no es tu familia, esa es la Familia de tu Mamá y tu Papá, sin importar las condiciones, sean funcionales o disfuncionales. Esto implica que tus responsabilidades se limitan al rol que te corresponde como parte de la familia y no como responsable de la familia.

En la familia cada uno tenemos un lugar distinto, único y especial, y es importante que a cada uno se nos reconozca ese lugar biológica, social y jerárquicamente, cuando no sucede así surge la usurpación de roles, es decir adoptar responsabilidades y funciones que no te corresponden por medio del desempeño y adopción de posturas y conductas que no deberían estar asociadas con tu rol. Cabe destacar que esto sucede derivado de un desarrollo emocional y espiritual precario.

El caso más común es la usurpación o intercambio de Roles entre Padres e Hijos, esto es, lo natural es que los padres ejerzan de padres y que los hijos ejerzan de hijos, sin embargo en ocasiones sucede justo lo contrario y por diversas circunstancias los hijos acaban haciendo de padres invirtiendo el papel que por naturaleza les corresponde.

En todos los casos, las usurpaciones de lugar conllevan algún tipo de desorden familiar con consecuencias perjudiciales para relaciones sanas.Y son estos desórdenes de roles que también en algún momento bloquean tu éxito y tus logros personales. La usurpación demanda tiempo, cuidado y atención de hijos a padres, y viceversa, que por amor y lealtad se ejecutan con serias consecuencias.

Los motivos por las que un hijo puede adoptar el papel de su progenitor pueden ser variados:

  • Uno de los padres fallece y el hijo de forma más o menos consciente tiende a tapar ese hueco asumiendo responsabilidades que no son suyas.
  • También cuando ocurre una separación entre los padres y el hijo se queda con uno de ellos.
  • Cuando el hijo tiene un comportamiento disfuncional por carencias en los padres a la hora de educar; esto hace que los hijos inconscientemente rechacen a sus progenitores como modelos a seguir.

En el tercer caso se puede llegar a invertir totalmente los papeles y los hijos pasan a quitar cargas , educar y dar consejos a sus padres (los grandes) a los que desean mejorar y cambiar.

Esta actitud es muy perjudicial pues el hijo no vivirá por completo su propia vida que en realidad es de la única de la cual tiene que responsabilizarse .

Por otra parte el hecho de estar pendiente de los errores de los progenitores le da al hijo un derecho inconsciente para reprochar  y desaprobar a sus padres y esto hace que el hijo se refuerce constantemente en aquellos patrones que juzga en sus padres y que de forma consciente desea cambiar.

Esta actitud también puede acompañarnos cuando nos convertimos en adultos y ya no vivimos juntos con la familia de origen

La consecuencia de un rol disfuncional puede ocasionar

  • Adicciones
  • Conflictos en la pareja
  • Dificultades de crianza con los hijos (pautas de crianza inadecuadas)
  • Mal manejo del estrés familiar
  • Mala comunicación (gritos, agresividad, etc.)
  • Separaciones y distanciamientos
  • Sentimientos de abandono

Tres de los casos comunes de suplantación de Roles son:

  • El Hijo se hace cargo de la manutención de los padres y la educación de sus hermanos, lo que le genera una frustración permanente al no tener espacio para cumplir sus metas propias y al convertirse en un hijo huérfano
  • La hija permanece toda su vida adulta e incluso el inicio de su propia vejez al cuidado de sus padres, con frustración por no dedicarse a construir sus propias metas, huérfana y sin una familiar nuclear propia pero con todas las responsabilidades que implica hacerse algo de la familia de alguien más.
  • La pareja pretende ser el Padre o Madre de su pareja o viceversa. Busca educar, controlar o proveer a su pareja de aquello que un padre brindaría a su hijo o hija. O bien la persona convierte a su pareja en su Padre o Madre esperando de el o ella lo que esperaría de sus progenitores.

¿Cómo puedo desmpeñar un « Rol Sano y funcional »?

Es fundamental adoptar una actitud en la tienes la convicción de que ellos pueden con sus propias cargas y circunstancias, y eso en  ningún caso es tu responsabilidad.

Un pensamiento que te puede ayudar es saber que tus padres son lo suficientemente fuertes y poderosos para llevar sus propias cargas y tú cómo hijo no te puedes poner en el papel de ellos solo porque no te complace la forma en la que sucede.

Aún cuando no suceda, no es tu responsabilidad es la ellos y tu tienes tu propia vida para construirla a tu manera.

Tu papel como hijo es ser el pequeño y eso conlleva abrirte a recibir la ayuda que los padres pueden ofrecerte en mayor o menor medida, pues son los padres los que que ayudan a los hijos y no viceversa, esto no es ser egoísta, es ocupar el papel que a cada uno le corresponde dentro del sistema familiar.

Ocupar el puesto que te corresponde no solo te hace libre y fuerte a ti, si no también a tus padres.

Cuando te ubicas en tu rol adecuadamente dentro del sistema familiar, favoreces al sistema familiar por completo pues se produce una reorganización de todos los miembros.

Este trabajo de ubicación y reconciliación dentro del sistema familiar no es algo que se produzca de la noche a la mañana si no que requiere de un proceso paulatino donde esté implicada una toma de conciencia y  de auto responsabilidad, y de este modo promover el estadio de una familia sana con cualidades como:

  • Principios y valores
  • Compromiso
  • Respeto a la independencia 
  • Aprecio expresado
  • Tiempo de calidad
  • Buena comunicación
  • Fortaleza espiritual
  • Buenas relaciones sociales
  • Perdón
  • Diversión

Y algunas sugerencias para permanecer en una convivencia familiar favorable son:

  • Buena alimentación
  • Adecuada higiene del sueño
  • Meditación si es posible
  • Vivencia del aquí y del ahora
  • Preocuparse por el otro
  • Estar atentos a las necesidades del otro
  • Ser cercano

La familia Nuclear

Otro aspecto a considerar es la que si es tu familia, tu familia nuclear, en este sentido, existen dos posibles casos, ya tienes una familia propia o no la tienes, si aun no la tienes, es importante antes de embarcarse de forma automática a construir una familia es importante ser consciente de que la Familia es un constructo Social que, si eres consciente, tienes la opción de elegirla o no, no necesariamente es el siguiente paso en la vida del ser humano.

Si bien la familia es ese grupo vinculado a nivel afectivo, desde otras perspectivas, La familia es un agente económico que consume, ahorra, invierte y ofrece servicios de trabajo, junto con las empresas, son los principales agentes a nivel microeconómico y macroeconómico.

Tener una familia implicará tener la necesidad de trabajar, de gastar en comida, vivienda, educación y diversión de los miembros de tu familia.

Formar una familia sin las condiciones económicas adecuadas, debido principalmente a un desarrollo precario emocional, intelectual y espiritual, deriva en bajos niveles de bienestar, desarrollo y crecimiento para ti, para tu familia e incluso se ve reflejado a nivel pais y a nivel global. Hoy existe una de las problemáticas más significativas de de la historia, la Pobreza. Situación que se complica al construir de forma irresponsable nuevas familias sin los recursos suficientes para brindar los medios necesarios para una vida plena a sus miembros.

Aunado a esto, conformar una familia implica la concepción de hijos, si es que el caso no es la obligación de construir la familia a causa del hijo que no fue planeado, en cualquiera de los casos, es importante ser consciente del sentido de tener hijos. Es importante tener la claridad del acto egoísta y no altruista que implica tener hijos. Es es encinal entender que tampoco es un paso obligado en la vida del ser humano.

Algunas de las « razones » frecuentes para tener un hijo:

  • Para recrear las alegrías de mi niñez.
  • Para crecer y compartir el amor familiar.
  • Para ser mejor persona.
  • Para tener mi propia familia después de haber estado solo largo tiempo.
  • Para dar más propósito a mi vida.
  • Para pertenecer, para cumplir las expectativas de la sociedad.
  • Porque es divertido estar con niños y hablar con ellos.
  • Para ayudar a que el mundo sea mejor.
  • Para ser un mejor padre del que yo tuve.
  • Porque es un llamado espiritual a la acción.
  • Para retribuir a mis padres.
  • Por ceder a un impulso biológico.
  • Para cultivar una relación sólida con mis hijos con el fin de que sigan siendo parte de mi vida después de que se vayan
  • Por que ya esta en camino

Todas estas son razones enfocadas en el yo egoico, que busca satisfacer una necesidad sin pensar de primera mano en el bienestar del otro ser. Tener un hijo no es un acto de altruismo sino de egoísmo, de un egoísmo militante (tenemos aquí un caso de egoísmo productivo). Uno quiere que el hijo reciba cosas porque de esa manera las recibe uno; uno quiere que el hijo crezca porque de esa manera crece uno; uno quiere que el hijo tenga mucho amor, porque de esa manera lo aman a uno (si es uno mismo el que ama, el beneficio se duplica, porque amar también es amoroso, tanto como ser amado). 

Por otra parte, existe la constante y creciente inconformidad con el sistema político – económico vigente, sin embargo, las personas seguimos alimentándolo de manera inconsciente y descontrolada al integrar nuevos ciudadanos que en muchos de los casos, solo elevaran los indices de carencias sociales.

Al sistema económico político vigente le resulta conveniente que haya mas personas pues habrá más capital humano para el trabajo, tener más pobres que trabajen por un salario lo mas bajo posible favorece a los intereses del sistema capitalista de acumulación de riqueza, si no hubiera tanta oferta de personas, la dinámica de compensaciones de pago tendría que cambiar.

Algunas razones que también han perdido vigencia pero que fueron la base de la construcción familiar y la concepción de hijos:

  • Un pais con más ciudadanos es mas poderoso por sus numero de habitantes dispuesto a ir a la guerra.
  • Aumenta la probabilidad de encontrar un genio
  • Más personas como mano de obra para el desarrollo del país

Por el contrario las consecuencias de aumentar la natalidad:

  • Escasez de recursos naturales. Menos recursos repartidos entre mas personas.
  • Agravar el deterioro medioambiental con más desechos desechos insostenibles y el abuzo de los recursos naturales.
  • Disminución de la calidad de vida de los padres cuando no cuentan con los recursos suficientes
  • Aumento de la pobreza
  • Disminución de las oportunidades de crecimiento para las personas. Mismas oportunidades repartidas entre mas personas.

Así entonces, este espacio no es un llamado a adoptar una postura anti natalidad, anti familia o anti sistema, es una llamado a un comportamiento responsable y consciente al momento de construir, formar parte de una familia y tener hijos y reemplazar ese pensamiento automático y sistematizado acerca de que una familia es un paso obligado. Una familia es una elección consciente al igual que una pareja, de la que hablaremos a continuación.

¿Y que aspectos puedo considerar acerca de la pareja?

Vivir en pareja es algo que muchas personas tiene como el deber ser o un paso también obligado de la vida. Compartir el día a día con alguien y tener una persona con la que hablar y sentirse querido y deseado es una de las cosas que más beneficios aportan a la salud mental y física de las personas. Y aunque, por supuesto, no es necesario tener pareja para ser feliz y cada vez más gente se abraza a la soltería, todavía son más los que prefieren disfrutar de la sensación de amor y comprensión de las relaciones.

En este sentido al igual que con la familia, es importante considerar que una pareja no es el paso obligado, sin embargo, si haz elegido contemplar este estadio en tu vida, habrá que considerar algunos aspectos importantes.

El sentimiento de amor es estupendo para el corazón, sobre todo en las primera etapas de las relaciones amorosas, pero lo cierto es que más allá del sentido figurado, vivir en pareja ayuda a la salud cardiovascular. El amor aumenta los niveles de dopamina, oxitocina y norepirefrina, hormonas relacionadas con sentimientos de felicidad y bienestar. Además, baja los niveles de cortisol, lo que ayuda a regular la tensión arterial y ayuda a tener una mejor salud cardiovascular previniendo ictus, infartos…Según la Fundación Española del Corazón: «Mantener una buena salud emocional, con vínculos afectivos estables en nuestro entorno, reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y además ayuda a mejorar la respuesta ante tratamientos para enfermedades cardiacas».

Estar enamorado aumenta los niveles de estrógenos, algo perfecto para que el aspecto de la piel, el cabello y las uñas mejore. Más allá del físico, sentirnos queridos y deseados mejora la imagen que tenemos de nosotros mismos y eleva la autoestima, lo que es perfecto para abordar el día a día. Tener alguien con quien emprender retos es mucho mejor que hacerlo solo.

¿Que sucede con las relaciones tóxicas?

Por supuesto, estar involucrado en una relación tóxica provoca exactamente todo lo contrario, deteriorando dramáticamente el estado de salud físico, emocional, espiritual de las personas, e incluso tiene efectos nocivos graves en todas las demás áreas de vida. Por lo que es altamente recomendado alejarse de una relación de ese tipo, e inmediatamente retomar el desarrollo de la dimensión del ser, pues la causa de involucrarnos en una relación tóxica no es la otra persona, sino uno mismo y nuestras propias carencias emocionales, espirituales e intelectuales.

¿Como puedo convivir sanamente en pareja?

Las relaciones de pareja sanas y deseadas tienen un efecto muy positivo en el bienestar de las personas. Los conflictos en la relación de pareja generan a su vez conflictos y dificultades generales en otras áreas de la vida de la persona. Es decir, los conflictos en la relación de pareja pueden enturbiar la dinámica familiar, el trabajo y las relaciones sociales.

Una relación de pareja saludable conlleva dedicación, esfuerzo, amor, sinceridad, cariño y respeto. La relación de pareja ha de estar compuesta por estos elementos para consolidarse y mantenerse en el tiempo de forma saludable.

Robert J. Sternberg sugirió tres elementos esenciales para establecer la base de una relación de pareja sana: intimidad, compromiso y el deseo o pasión.

  • La intimidad se refiere a la sensación de sentirse comprendido y apoyado, al igual que comprender y apoyar al cónyuge. Es un componente esencial para la confianza, el conocimiento mutuo y la cohesión como pareja.
  • El compromiso se basa en la confianza, responsabilidad asumida en la pareja y reconocimiento de obligaciones en la relación. No se trata de una obligación, sino del deseo de ambos cónyuges de que la relación se mantenga estable y duradera y de compartir un proyecto de vida junto a la pareja.
  • El deseo y pasión de la relación refuerza a los dos componentes anteriores. Se trata del surgimiento de sensaciones positivas cuando se comparte tiempo y afecto con la pareja.

Las investigaciones acerca de los componentes o elementos necesarios para que una relación de pareja se mantenga estable y sana han mostrado una serie de aspectos que determinan en gran medida que la relación de pareja sea saludable. Entre todos ellos, se destacan los siguientes:

  • Equidad-reciprocidad en la pareja.
  • Confianza y ausencia de control coercitivo/coacción.
  • Buen sistema de comunicación conyugal.
  • Expectativas y atribuciones realistas y saludables hacia la pareja.
  • Estrategias de resolución de conflictos.

A continuación, se detallan cada uno de estos elementos que la ciencia ha identificado como los elementos de una relación de pareja sana:

Equidad-Reciprocidad en la pareja

Este elemento hace referencia a la cantidad de refuerzo que se obtiene de la pareja y viceversa. En las parejas sanas se observa que ambos miembros aportan grandes dosis de refuerzo positivo a sus parejas, como elogios y mimos, así como la misma cantidad de refuerzo en ambos cónyuges.

Un aspecto muy importante de este elemento es que el intercambio de refuerzo no es inmediato. Es decir, si un miembro de la relación refuerza a su cónyuge por algo que ha hecho, su pareja no le devuelve el refuerzo de forma inmediata. No hay exigencias en la relación con respecto al refuerzo recibido, sino que actúan como una «cuenta corriente», en la que se invierte y posteriormente de forma voluntaria y natural se recibe.

Es muy importante mimar a nuestra pareja, demostrarle el afecto y cariño que sientes, favoreciendo que se sienta querido en la relación.

Confianza y ausencia de control y coacción

En las relaciones de pareja saludables se observa un patrón de ausencia de castigo y refuerzo negativo. Esto quiere decir que en las parejas que se aman y se respetan predomina el intercambio de elogios y abrazos. Se comunican desde los talentos de ambos. Por el contrario que una pareja no se castigue quiere decir que no se insulta, desprecia, menosprecia o atenta contra las cualidades del otro. Cuando técnicamente hablamos de Refuerzo negativo en las parejas nos referimos por ejemplo a las situaciones en las que por amor tenemos que renunciar a actividades positivas. Un ejemplo típico sería no besar, no acariciar o ignorar para chantajear y cambiar la conducta de la otra persona. Otro ejemplo típico sería prohibir a la pareja hacer la cena con sus amigos los jueves o cualquier actividad placentera al margen de la relación.

Es común en las parejas utilizar un sistema de control o chantaje para conseguir lo que se quiere/necesita, a través de la amenaza, o generando sentimientos de culpa en la otra persona. No obstante, esto genera rencor y resentimiento en la pareja.

En las relaciones de pareja sanas para conseguir algo que se quiere o necesita se utiliza un sistema de comunicación asertivo, es decir, se comunica desde la comunicación asertiva, lo cual nos lleva al siguiente elemento de las relaciones de pareja saludables.

Buen sistema de comunicación en la pareja

Este elemento se refiere al estilo de comunicación utilizado en la pareja para interaccionar y comunicarse entre ella, así como para resolver los conflictos y discusiones conyugales. Las relaciones de pareja saludables utilizan un estilo de comunicación asertivo para comunicarse, es decir, emplean afirmaciones positivas para pedir lo que se quiere o necesita a su pareja, al igual que se esfuerzan en comprender, entender y respetar las opiniones, perspectivas y vivencias de su cónyuge. Esto supone eliminar de las conversaciones o discusiones en pareja las críticas, amenazas, gritos, insultos, gestos, expresiones no-verbales…, las cuales generan daño en el cónyuge.

 Expectativas y atribuciones realistas

Los estándares, expectativas y atribuciones que se realizan hacia la relación de pareja han de ser realistas y saludables para mantener una relación amorosa sana y estable. Esto quiere decir que, los estándares y expectativas que hemos generado a lo largo de nuestra vida sobre la relación de pareja han de ser flexibles y adaptarlos a nuestra propia relación y a la realidad.

Con respecto a las atribuciones, se ha comprobado que los miembros de las relaciones de pareja saludables reconocen su parte de responsabilidad ante una determinada situación. Es decir, ante un conflicto o discusión, los cónyuges reconocen la responsabilidad de sus acciones y realizan una correcta interpretación y análisis de las causas y los elementos.

Estrategias de resolución de conflictos

Un mito acerca de las relaciones de pareja saludables, felices y estables es que los conflictos están ausentes o son mínimos. No obstante, esto no es nada cierto. De hecho, se ha comprobado que lo que determina si una relación de pareja es saludable no es la cantidad de conflictos que existen en la relación, sino la forma de resolver los conflictos.

Las relaciones de pareja saludables desarrollan estrategias de resolución de conflictos que permiten resolver las situaciones a través de la empatía, respeto y cariño. Se trata de entender el punto de vista del cónyuge, ponerse en su lugar, y defender el propio, siendo flexible y responsable de nuestras propias acciones.Si has detectado que tu pareja está en crisis o ha empezado a relacionarse desde los reproches y críticas sería bueno que os planteéis realizar una Terapia de Pareja para que la relación vuelva a fluir y sea constructiva para ambos.