¿Qué lograré al contar con un Carácter Idoneo?
Sencillo, conservar aquello que tu talento te ayude a obtener, permanecer a voluntad en los lugares, posiciones, puestos que logres alcanzar.
Además te dará la capacidad de moverte a voluntad entre los distintos estilos de vida.
Tu talento hará que llegues u obtengas lo que deseas, tu carácter te permitirá permanecer ahí y conservarlo.
¿Que es el Carácter?
Carácter significa « Marca », por lo tanto son aquellos rasgos y cualidades que te distinguen de los demás. Incluye tus expresiones, reacciones y comportamientos hacia la vida. El Carácter es influenciado y modelado por la educación, el entorno social y familiar, las amistades, los compañeros de trabajo.
Según Jim Robin: « Eres el promedio de las 5 persona que te rodean ».
Si bien el carácter puede ser modelado, En Be Life creemos que el Carácter es una consecuencia mas que una meta, es el resultado de cultivar tus áreas de vida del área del Ser: Salud, espiritual, emocional e Intelectual. Si cultiva en un nivel suficiente estas áreas, automáticamente se verá reflejado directamente en tu Carácter. La razón es que el carácter es el resultado de costumbres, actitudes y hábitos, que vamos formando en la vida.
Un proverbio Chino dice: «Siembra un pensamiento y cosecharás una acción, Siembra una acción y cosecharás un hábito, siembra un hábito y cosecharás un carácter, siembra un carácter y cosecharás tu destino”.
¿Que aspectos debo considerar relacionados con el Carácter?
Temperamento
Primero, es fundamental comprender que la base biológica del Carácter es « El Temperamento » de cada persona. El Temperamento esta determinado por procesos fisiológicos y factores genéticos que influencian la conducta. El temperamento es la “materia prima”, el material sobre el que se modela el carácter y la personalidad, es innato, heredado e inmodificable, mientras que el carácter es el resultado de actuar sobre esa “materia prima” mediante la interacción con el entorno y las personas que nos rodean y mediante las acciones educativas. Es, por lo tanto, adquirido, modificable y educable y podemos controlar su manifestación externa. Mientras que con el temperamento nacemos, es en la etapa de la niñez y adolescencia cuando vamos configurando el carácter, mediante el proceso relacional y educativo.
Entonces, identificar claramente tu temperamento innato te permitirá comprender los aspectos que debes fortalecer para lograr un carácter idóneo que contribuya a lograr y conservar a voluntad aquello que te propones.
Diferencia entre Carácter y Temperamento
Innato vs. adquirido
Temperamento y carácter difieren en su origen etiológico. Es decir, en los factores que intervienen en su desarrollo. En este sentido, el temperamento se caracteriza por presentar una base innata, mientras que el carácter resulta un elemento adquirido.
De forma general, se puede interpretar el temperamento como esa parte de la personalidad que procede de los elementos genéticos e innatos, y el carácter de los factores ambientales y la relación del individuo con el mundo externo.
Por este motivo, se sustenta que el temperamento es innato y biológico, mientras que el carácter implica aspectos personales elaborados a través de la relación entre los componentes genéticos y los factores externos.
Biológico vs. social
En el mismo sentido que el punto anterior, temperamento y carácter se diferencian por presentar una base biológica y social respectivamente. El temperamento forma parte de la dimensión biológica del desarrollo de las personas. Esto quiere decir que constituye una serie de atributos acerca de la forma de ser, actuar y comportarse que forman parte del desarrollo genético del ser humano.
En cambio, el carácter incluye tanto la dimensión biológica como la dimensión social de la persona. Así pues, el carácter puede interpretarse como una modulación y modificación del temperamento del individuo. Esta diferencia entre temperamento y carácter radica en su origen divergente comentado anteriormente.
El temperamento nace y se desarrolla únicamente a través del genoma humano. En cambio, el carácter implica la presencia de una cierta modificación de los atributos genéticos mediante la relación del individuo con su entorno y su desarrollo con su contexto sociabilizador.
Genética vs. ambiente
Las dos diferencias anteriores pueden englobarse dentro de la dicotomía que da lugar a la descripción y explicación del desarrollo psicológico y mental de las personas: la genética y el ambiente.
En este sentido, se postula que en la conformación de la personalidad de los individuos participan de forma bidireccional estos dos elementos. Dicho de otra forma, el ambiente y la genética se retroalimentan para constituir la forma de ser de las personas.
Es importante tener en cuenta que el carácter no hace referencia únicamente a los estímulos ambientales o externos que se encuentran involucrados en la conformación de la personalidad. Más bien, el carácter define un amplio componente mental que se deriva de las modificaciones que padece el temperamento a través del contacto con el ambiente que realiza el sujeto.
Estable vs. modificable
Otra diferencia importante entre temperamento y carácter radica en su estabilidad. Es decir, en su capacidad de modificación y adaptabilidad al entorno.
Al estar originado por factores genéticos, el temperamento es un elemento altamente estable de las personas. Por este motivo, constituye la parte más inamovible de la forma de ser.
En este sentido, el temperamento se manifiesta de forma idéntica en distintas situaciones y no presenta ningún tipo de modificación con el paso del tiempo.
En contrapartida, el carácter engloba una serie de atributos mucho más inestables y modificables.
De hecho, su conformación depende de la relación del sujeto con el ambiente por lo que dependiendo de cómo sea esta, el carácter adoptará una serie de atributos determinados.
Educable vs. no educable
En el mismo sentido que el punto anterior, el temperamento y el carácter se diferencian por su grado de “educabilidad”.
Al resultar un elemento estable e inamovible, el temperamento no es educable. Es decir, no se puede modificar y trabajar para que este mejore.
Las respuestas conductuales que dependen del temperamento están fuertemente determinadas por el componente genético del individuo, por lo que la intervención que se puede realizar es mínima.
En cambio, sucede todo lo contrario con el carácter. Este depende del contexto y, por lo tanto, resulta altamente educable. Los modales, las pautas de comportamiento, las conductas aprendidas… Todos estos aspectos constituyen respuestas educadas que se desarrollan, es decir, forman parte del carácter de la persona.
Controlable vs. no controlable
Al resultar inamovible, inmodificable y “no educable”, el temperamento resulta también un elemento altamente incontrolable. Es decir, las respuestas conductuales y cognitivas que se basan en los aspectos biológicos de la persona suelen presentarse de forma automática.
En cambio, los atributos referentes al carácter sí que son controlables por la persona. De forma general, la inhibición conductual, la represión o la adopción de conductas sensatas suelen estar guiadas por el carácter, en cambio, las respuestas más impulsivas e instintivas suelen estar sujetas al temperamento.
Genotipo vs. fenotipo
De forma general, temperamento y carácter pueden diferenciarse en la dicotomía genotipo y fenotipo que participa en el desarrollo de los seres humanos.
En este sentido, el genotipo es la clase de la que se es miembro según los factores hereditarios internos de un organismo, sus genes y por extensión, su genoma.
Se basa en el contenido genético de un organismo y, por lo que respecta a la personalidad del individuo, se manifiesta mediante el temperamento.
El fenotipo, en cambio, es la clase de la que se es miembro según las cualidades físicas observables en un organismo, incluyendo su morfología, fisiología y conducta a todos los niveles de descripción.
Constituye las propiedades observables de un organismo y en el campo de la personalidad se manifiesta a través del carácter.
Determinación genética
La determinación genética del comportamiento postula que la forma de ser de las personas se encuentra mayormente determinada por sus atributos hereditarios.
De este modo, los genes y el genoma humano resultarían elementos clave a la hora de determinar la personalidad de los individuos.
Estos aspectos se encuentran bien representados a través del temperamento, el cual indica una serie de atributos acerca de la forma de ser que se rigen únicamente por la determinación genética de las personas.
Intervención de la experiencia personal y el ambiente
El efecto del ambiente y la experiencia personal dentro del contexto es otra de las líneas de investigación acerca de la conducta humana. Estos elementos no se encuentran representados dentro del temperamento, pero sí que adquieren su máxima expresión en el carácter. El carácter pone de manifiesto que los atributos genéticos de las personas pueden verse sometidos a modificaciones y, por lo tanto, la forma de ser de los sujetos depende de los efectos que causen los factores ambientales en el temperamento.
Adquisición de hábitos
Finalmente, la adquisición de hábitos es otro aspecto que permite diferenciar el carácter del temperamento. De hecho, muchas investigaciones han puesto de manifiesto que el carácter se forma a través de la conjunción del temperamento con los hábitos aprendidos en el ambiente. Finalmente, la conjunción entre carácter (temperamento y hábitos aprendidos) con el comportamiento, daría lugar a la personalidad.
Componentes del Carácter según René Le Senne.
Otro aspecto a considerar es identificar los componentes del carácter, René Le Senne propone una clasificación caracterológica con una combinación de tres propiedades fundamentales del Carácter:
Motividad. Es la conmoción que producen los hechos de la vida cotidiana. Los rasgos típicos del individuo emotivo son la inquietud, el cambio brusco de humor y la tendencia a exagerar.
Actividad. Es el impulso a la acción, manifestado en el modo en que se reacciona ante un obstáculo. El activo se siente empujado a la acción. Por el contrario, el inactivo duda y se desanima con frecuencia.
Resonancia. Es el efecto que las impresiones tienen en el ánimo de las personas. Puede ser primaria, si las impresiones tienen efecto en el momento, como ocurre en situaciones muy emotivas, o secundaria, si el efecto es posterior a la emoción.
Los individuos en los que predomina la resonancia primaria reaccionan rápido ante las ofensas, pero se olvidan pronto de ellas; viven en el presente y se adaptan a los cambios. Los individuos en los que predomina la tendencia secundaria son reflexivos y pueden ser rencorosos. Viven en el pasado y aferrados a sus recuerdos, rutinas y principios.
De las diversas maneras en que se combinan estas propiedades surgen 8 tipos de carácter:
Carácter apasionado (emotivo, activo, secundario): Las personas de carácter apasionado destacan por su alta emocionalidad. Son activas y tienden a aferrarse a sus emociones hasta el final, aunque también son muy independientes y concentradas. Suelen mantener emociones difíciles por largos periodos.
Carácter nervioso (emotivo, inactivo, primario): Son personas que sienten intensamente todos los estímulos del mundo exterior. En cualquier circunstancia se puede disparar su sensibilidad hiperestesiada, aunque no son muy activos. Guardan un gran potencial energético que se manifiesta en instintos y pulsiones, por lo que pueden reaccionar de forma desmedida e instantánea sin medir las consecuencias.
Carácter flemático (no emotivo, activo, secundario): Es el tipo de carácter que se distingue por sus cualidades individualistas, metódicas y ordenadas. Las personas con este carácter son individuos altamente adaptables a diversas situaciones, poco expresivos, inteligentes y fríos. Es una de las clases de carácter de mayor estudio e investigación.
Carácter sentimental (emotivo, inactivo, secundario): Una persona sentimental se caracteriza por ser tímida, además de disponer de una vida emocional extensa. Suelen preferir la soledad, son pesimistas y desconfían de los demás. Destacan también por acentuar la calidad de sus vínculos por sobre la cantidad.
Carácter colérico (emotivos, activos, primario): Son personas muy activas que suelen involucrarse en situaciones de estrés y presión. Suelen ser impetuosas en sus relaciones personales e improvisan diversas acciones sin medir sus actos. Son impacientes pero muy responsables, rebosantes de energía y con una gran pericia para resolver problemas.
Carácter sanguíneo (no emotivo, activo, primario): Son personas que tienden a satisfacer sus necesidades de forma rápida. Son inteligentes y activos, además de ser poco sensibles. Pueden ser fríos y recurrir a mentiras y manipulaciones, aunque son optimistas y cariñosas en sus relaciones así no sean muy profundas.
Carácter amorfo (no emotivo, inactivo, primario): Las personas amorfas son aquellas que destacan por su despreocupación y notable consistencia en casi todos los aspectos de su vida. Son impuntuales, perezosas y no suelen seguir las normas de conducta. No suelen planear debido a la implicación de un esfuerzo; sin embargo, también son sinceras, amables y tolerantes.
Carácter apático (no emotivo, inactivo, secundario): Los apáticos son personas rutinarias, melancólicas, indiferentes y testarudas. Suelen engancharse al pasado, además de no buscar la innovación en ningún ámbito de su vida. Carecen de imaginación e interés, pero suelen ser personas tranquilas y confiables.
Dimensiones del Carácter según C.Robert
Otro forma de comprender el carácter, es por medio de las dimensiones propuestas por C. Robert Cloninger (1944), para quien el carácter, es el resultado de la interacción de tres dimensiones, no heredables (o muy poco heredables) y que se modifican a lo largo de la vida:
- Autodirección. Es la capacidad de la persona para regular y adaptar su conducta en diferentes situaciones, en función de sus propios valores y objetivos. Refleja el modo en que el individuo se percibe a sí mismo como ser autónomo.
- Cooperación. Es la capacidad de identificarse y colaborar con los demás. Refleja el grado en que alguien se autopercibe como miembro de la sociedad.
- Autotrascendencia. Es el conjunto de características de una persona relacionadas con su espiritualidad y su creatividad. Refleja el grado en que el individuo se percibe como parte del universo y su capacidad para aceptar la incertidumbre.
Personalidad
La suma de tu temperamento y tu carácter, darán forma a tu personalidad, que es el conjunto de características o patrón de sentimientos, emociones y pensamientos ligados a tu comportamiento, es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes, hábitos y la conducta que persiste a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones, distinguiéndote de cualquier otra persona y haciéndote diferente a los demás.
La personalidad persiste en el comportamiento de las personas congruentes a través del tiempo, aun en distintas situaciones o momentos, otorgando algo único a cada individuo que lo caracteriza como independiente y diferente. Ambos aspectos de la personalidad, distinción y persistencia, tienen una fuerte vinculación con la construcción de la identidad, a la cual modela con características denominadas rasgos o conjuntos de rasgos que, junto con otros aspectos del comportamiento, se integran en una unidad coherente que finalmente describe a la persona. Ese comportamiento tiene una tendencia a repetirse a través del tiempo de una forma determinada, sin que quiera decir que esa persona se comporte de modo igual en todos los casos. Es decir, la personalidad es la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad, mostrando una tendencia de ese comportamiento a través del tiempo, que nos permite afrontar la vida y mostrar el modo en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Nos permite reaccionar ante ese mundo de acuerdo al modo de percepción, retroalimentando con esa conducta nuestra propia personalidad. La personalidad será fundamental para el desarrollo de las demás habilidades del individuo y para la integración con grupos sociales.
Persona
Un factor más que es esencial en la comprensión del carácter es el concepto de “Persona” a quien se le atribuye el carácter”.
El concepto de “personalidad” proviene del término “persona”, denominación que se utilizaba en el latín clásico para la máscara que portaban los actores de teatro en la antigüedad. Sin embargo, ya en ese entonces se hablaba en un sentido amplio y figurado de personas para referirse a los roles, es decir a “como quién” o “representando a quién” actuaba un determinado actor teatral tras su máscara. El concepto paulatinamente se transfirió a otras esferas de la sociedad, más allá del teatro, en la Roma antigua, por ejemplo, “personas” eran los ciudadanos, jurídicamente provistos de derechos (en contraste con los esclavos que no eran considerados personas, puesto que no podían decidir sobre su propio actuar, ni menos aún deliberar sobre el de los demás).
El concepto de persona ha pasado hasta nuestros días con las diversas modificaciones hechas por los acontecimientos culturales, políticos , económicos y sociales. hasta convertirse en la descripción actual: “Todo individuo de naturaleza humana es persona, independientemente de sus circunstancias biográficas, genéticas, sociales o económicas, y es un individuo dotado de una especial dignidad.”
Por tanto, ello, para consolidar el carácter es valioso comprender que la “Persona” que eres, es solo el Rol que interpretas en la vida, o mejor aun que decidas interpretar.
Entonces ¿Como es un carácter idóneo?
Finalmente, y con la comprensión de todos estos aspectos, para Be Life, un carácter idóneo es aquel que, surge del trabajo personal en las áreas de vida de la salud, la espiritualidad, las emociones y el intelecto en constante interacción con el entorno. Es aquel que a partir de este trabajo personal, descubre su capacidad de elegir y elige a voluntad el rol que desea interpretar en su vida, lo lleva a cabo con una razón de ser clara y permanece en el presente, atento de las señales universales, abierto y dispuesto a atender estas señales en pro de una vida plena.
Así entonces, Be Life Identifica 4 cualidades clave de una persona con un carácter idóneo:
- Tiene completa fidelidad hacia sus áreas de vida salud, espiritual, emocional e intelectual. Ha trabajado lo suficiente en sus áreas de vida base, tiene claridad respecto a su importancia y tiene un alto grado de fidelidad hacia la conservación de la integridad de estas áreas (salud, espiritual, emocional, intelectual)
- Es firme a esa fidelidad. Siempre elige por aquello que contribuye a su plenitud y discrimina y se aleja de aquello de lo desfavorece de manera fácil y desapegada, sin culpa, miedo o vergüenza.
- Elige una razón de ser clara e inspiradora. Vive cada día esa razón de ser, se dedica a lograr las metas y objetivos, anhelos y sueños, derivados de esa razón de ser. Se mantiene enfocado sin distraerse con eventos, personas o circunstancias que lo desvían y al mismo tiempo se mantiene atento de la Serendipia, se las señales de la vida y el universo que le muestran nuevos caminos más alla de su propia comprensión hacia una vida plena.
- Es el observador de si mismo como Persona, sabe que el rol que interpreta es solo un papel en la obra de teatro de la vida y es capaz de liberarse en cualquier momento de el y permitirse simplemente existir, en la alegría y gozo de lo qué ya es: Una partícula eterna e infinita, completa y perfecta.
¿Como puedo empezar mi camino hacia un carácter idóneo?
Tomando como referencia el proverbio Chino: «Siembra un pensamiento y cosecharás una acción, Siembra una acción y cosecharás un hábito, siembra un hábito y cosecharás un carácter, siembra un carácter y cosecharás tu destino.”.
- Comienza por cultivar ideas que aporte al desarrollo de tus áreas del ser.
- Organiza esas ideas y ponlas en practica
- Convierte esas practicas en rutinas positivas que permanezcan en el tiempo hasta convertirlas en hábitos. Puedes apoyarte de herramientas como la rueda de los hábitos.
Con estos sencillos pasos estarás en el camino de construir un carácter idóneo que contribuya significativamente al logro de una vida plena.